Tras un aumento del 47 % en septiembre, el Shiba Inu (SHIB) ha sufrido un brusco descenso, borrando parte de sus ganancias. La disminución del quemado, la actividad de las ballenas y la desaceleración del ecosistema son los culpables. ¿Se enfrenta SHIB a la desaparición o se está preparando para un nuevo rebote sorpresa?
El precio de Shiba Inu ha efectivamente rebotado más de un 47% desde su mínimo mensual. Ha alcanzado 0,000010 dólares con una subida del 10% respecto al valle registrado durante el fin de semana. Este rendimiento se inscribe en la estela de Bitcoin y las principales altcoins que se benefician de un renovado interés del mercado. Sin embargo, detrás de estas cifras alentadoras se ocultan dinámicas fundamentales considerablemente menos optimistas.
La correlación con Bitcoin sigue siendo fuerte, como suele ser el caso para las memecoins. Cuando BTC gana terreno, Shiba Inu sigue el movimiento casi mecánicamente. Pero esta dependencia plantea interrogantes: ¿posee realmente el token catalizadores propios, o navega únicamente al compás de las olas creadas por las criptomonedas principales?
Los volúmenes de intercambio en las principales plataformas muestran una volatilidad aumentada, señal de que los traders a corto plazo aprovechan estas fluctuaciones. Pero cuidado, esta volatilidad puede jugar en ambos sentidos, especialmente cuando los fundamentales vacilan.
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El mecanismo de combustión de tokens representa uno de los pilares estratégicos del proyecto Shiba Inu. Al retirar definitivamente SHIB de la circulación, este proceso busca crear una escasez artificial y sostener el precio a largo plazo. Ahora bien, la tasa de destrucción diaria experimenta actualmente una caída alarmante que pone en entredicho esta dinámica deflacionaria.
Concretamente, menos tokens quemados significa una oferta circulante que permanece elevada, lo que diluye mecánicamente el valor de cada unidad. El ecosistema SHIB contaba con estas quemas regulares para compensar su supply inicial estratosférico. Sin esta presión compradora indirecta, el token pierde uno de sus principales argumentos de valoración.
Esta situación se produce en un momento crítico donde la comunidad esperaba precisamente una aceleración de las quemas para relanzar el interés. Las iniciativas como Shibarium, la layer 2 del proyecto, debían teóricamente aumentar las destrucciones vía las comisiones de transacción. Hay que constatar que los resultados tardan en materializarse.
Los datos on-chain revelan un movimiento de capitulación entre los grandes poseedores de SHIB. Los wallets que contienen más de 100 millones de tokens han reducido sus posiciones de manera significativa estas últimas semanas. Estas ballenas, que a menudo habían acumulado durante los ciclos precedentes, parecen hoy tomar sus beneficios o limitar sus pérdidas.
Este comportamiento envía una señal bajista poderosa al resto del mercado. Los inversores retail observan naturalmente los movimientos de las grandes carteras y tienden a seguir estas tendencias. Cuando las ballenas venden, la presión vendedora se intensifica y los soportes técnicos ceden más fácilmente.
El análisis de los flujos hacia los exchanges confirma esta tendencia: las transferencias de SHIB desde los wallets privados hacia las plataformas de intercambio han aumentado, sugiriendo una intención de venta inminente. A la inversa, las retiradas hacia el cold storage, señal de confianza a largo plazo, se estancan. El ratio exchange inflow/outflow se inclina claramente del lado malo para el token.
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